Día 6 - Estambul, las venas de constantino

sábado, 4 de abril de 2009


El emperador Constantino hizo remozar y agrandar la ciudad de Zoni (antigua Bizancio) y la nombró en su honor como “Ciudad de constantino”, en griego “Constantinópolis”. Él sabía perfectamente que esta ciudad estaba llamada a ser muy importante por su ubicación estratégica como amalgama de culturas gracias a sus mares y ríos como el Cuerno de oro, el Bósforo y el Mármara.

Hoy nos levantamos con la misión de llegar a las 9 al bus que nos había de llevar al muelle para tomar un crucero por el Bósforo. Salimos hacia el sureste por el Cuerno de oro y nos desvíamos al norte por el Bósoforo, en dirección al Mar Negro. El viaje fue tranquilo bajo un cielo radiante.


De vuelta en tierra nos dirigimos hacia la colina de Eyup Loti, cerca de la sagrada mezquita homónima. Esta mezquita es el cuarto lugar de importancia para los musulmanes, tras Meca, Medina y Jerusalén. Por ello, los musulmanes pedían que a su muerte fueran enterrados cerca de este lugar santo. El resultado es un cementerio que se extiende por toda la ladera de la colina. 
En la punta del cerro está el Pierre Loti Café, que toma su nombre del escritor francés quien se dice venía a este lugar a inspirarse. A juzgar por la vista, le encuentro toda la razón y me gustaría volver muchas veces.


Después de almuerzo nos dirigimos a Topkapi, un palacio de gran extensión y sobrado lujo. Hoy por hoy es un museo con exhibiciones de joyas que no tienen valor monetario porque nadie sabe contar hasta tanto. Dentro del palacio hay cuartos y patios que son bellísimos y la vista sobre el Mármara es sencillamente sobrecogedora.


Salimos con dirección al mercado cubierto llamado “Gran bazaar”. Tiene medio kilómetro de extensión y está diseñado para buenos regateadores. Contiene desde chucherías hasta muebles. Mis locales favoritos fueron los de especias y comestibles.

Nuevamente vamos a cenar al sector cercano a nuestro hotel. Esta vez es una cena de despedida porque mañana salimos a Atenas, pero nos preguntamos si extendemos nuestra estadía. Lo hemos pasado muy bien.

Finalmente decidimos seguir con el plan y partir a la tierra de los dioses del olimpo. Estambul queda en la memoria como una ciudad musulmana, pero más moderna en sus tradiciones y permisos, con gente espectacular, una belleza majestuosa, recomendable a cualquiera y una de mis ciudades favoritas de aquí en más.

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